El glamour no solo se mide en la belleza externa, también en la interna, especialmente en la actitud.
Dice Wikipedia que «el glamur o glamour es el encanto natural que fascina. Originalmente se refería a un hechizo mágico u oculto que afectaba la percepción visual de una persona, mostrando los objetos percibidos de una manera diferente de la real y presentándolos de una manera atractiva, magnífica o glorificada».
Y ese extra que hace a una persona fascinante es, precisamente, esa actitud. En lo profesional y en la vida. Es una manera de saber estar, de saber escuchar con predisposición a entender a la otra persona, de saber ponerse en la piel de los demás, de transparencia, de honestidad.
La actitud, el glamour, se refleja de manera natural y no como pose, en la forma en que te ven los demás. En el vestir, en el cuidado de la alimentación, en los hábitos saludables, en el mimo de tu sonrisa (hacerse una revisión dental, por citar un ejemplo aleatorio, no es ya una cuestión estética sino de cuidarse y mimarse) o en el hacer ejercicio de manera frecuente.
Por eso apoyamos a Mílvida de la Cruz en su aventura en el concurso de Misses Glamour Canary Islands, porque después de años de colaboración profesional, para nosotros Milvi representa ese glamour que nos gusta, no solo en las propiedades que ponemos a disposición de nuestros clientes, sino en las personas. Esa actitud y esa belleza interna que, irremediablemente, se refleja en lo exterior como una consecuencia.